Vivir no da lo mismo. Pero si mis manos están frías no tengo nada más que hacer que ponerlas enfrente del calor. Y si estás tú y si se me llena el corazón de lluvia, desembocaré en el mar el río de la esperanza y seguiré nadando, porque no da lo mismo tener el pecho inundado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario