miércoles, julio 26, 2006

La paz del despojo

La paz es un estado del alma. El alma no es algo físico. La paz no se muerde ni se mastica, se siente. Las heridas emocionales son como lluvia ácida y tampoco se muerden.
No tenemos defensa.
Si llueve, me quemaré de ácido y de humedad.

Estoy desaparecido, tengo el corazón aún grande, tengo el pasado aún muy pequeño y la sonrisa aún increíble.

Una profunda tristeza viene a tomarme por sorpresa, la escasez, la falta de esperanza. Quiero, a veces, desaparecer profundamente de lo que esperan los otros hombres de mí. Quiero ser otro, pintarme la cara de blanco o de negro y morir de mi mismo.

Si en este momento hicera una lista de las cosas que están mal, tendría un enorme parecido con la lista de las cosas que están bien... ¿Qué pasa entonces? ¿Qué está realmente bien?

Creo que me sentaré a despojarme de las cosas.

Ya no tengo sueño. Necesito café todas las mañanas para poder darme cuenta de que he despertado. Ya no lloraré por nadie más que por mi mismo, pero lloraré cuando lloren los otros. Mi felicidad esta hecha de personas. Quiero poseer, sin embargo, el mundo. Quiero despojarme igualmente de ellos, para ver si existe algún tipo de felicidad del otro lado.
No le tengo miedo a la lluvia ni a la muerte. Ya no lloraré por el cielo.
Los sueños terminan en el papel. Se preparan para hacerse luz y caminos.
Necesito dormir por lo menos ocho horas en el día, y del resto necesito contemplar el cielo o el borde del paisaje por lo menos 10 minutos. Tengo que trabajar, sin embargo, me falta tiempo.
Necesito más mundo, necesito más metas, necesito más desafíos. Quiero bailar, quiero saber qué es ser bello desde adentro. Quiero ser organizado. Quiero escapar de mi para ser algo mejor que yo.

sábado, julio 15, 2006

El Amor que le hace falta al pan


Hace tiempo que me venía dando vuelta en la cabeza un término de esos que sacan en Pasiones (Televisión Nacional de Chile, a eso de las 4 de la tarde): el amor maduro.
Ahora que las circunstancias me tientan con el término pienso si alguien realmente podría meterse entremedio cuando se trata de lograrlo. Hasta qué punto es importante la opinión de los otros. En principio nada dirán, pero luego... uhmmm, creo que la situación cambia cuando están los padres involucrados, pero en el fondo qué saben ellos.
¿Tu puedes decirme algo, además de las advertencias?
Cuando hablo del amor no quiero advertencias, quiero más amor para así comprenderlo.
El amor no es desconfiar de la gente, sino aprender a confiar y enseñar a confiar.
Creo que el mundo está un poco al revés.
El amor deja ciego, una cegera desde la cual nunca más saldré.
En el fondo quere estar con alguien es eso no?
Uno en el fondo podría estar solo siempre y arreglárselas, pero qué gracia tiene eso.
En cambio, poder creer en alguien y pensar por un momento que la vida será mejor si ese individuo esta siempre ahí... y no tener miedo a equivocarse, uhmm, eso suena bien.
¿Cuándo arriesgo más la vida, cuando me quedo sin querer estar con alguien o cuando puedo creer que debo estar con alguien y que será mejor así, a pesar de todo?

Yo creo que si los poderosos de Estados Unidos amarán más el mundo sería más lindo, si amaran más a sus hijos, a los hijos de sus hijos y los amigos de sus hijos. Yo creo que Israel sería mucho más feliz si compartieran el territorio y se respetaran con los palestinos, si cada israelí tuviese un amigo palestino sería mejor.
¿Porqué si todo es tan simple lo hacen tan complicado?

Pero este mundo está tan al revés que me hace creer que estoy loco por decir esto, que soy un iluso, que compartir es un verbo inservible y que hay que competir para ver quién gana más.

Les tengo una noticia: El peor enemigo de nosotros mismos es nuestro egoísmo.

sábado, julio 01, 2006

Cuidado con la pared invisible


Lo que pasó es que había una pared que no vi. Y yo iba caminando tranquilamente sin pensar que existía. Además que tampoco había muchas señales que la hicieran ver. Bueno, quizás habían, pero confieso que no las vi y ni siquiera me preocupé de eso. Yo solo quería ir al sur, quería ir bien lejos, quería llenar mi corazón y el suyo. Pero bueno, son paredes y nosotros sólo somos hombres.