jueves, marzo 31, 2005

No debería

No debería escribir ahora porque tengo un poco de pena. Para variar. Igual varias veces escribo con pena pero estoy pensando que no es conveniente... uno puede arrepentirse. Igual no me da miedo arrepentirme. Por eso voy a escribir un poquito.
Para contar que tengo un vacío en el alma, o en "esa parte donde quedan los sentimientos", si creen que alma es muy siútico. Que no tiene que ver con soledad actual sino que con escasez de sentimientos que debían haberme llenado antes. Parece que tiendo a buscar que alguien llene un espacio que no podrá ser llenado, porque no les corresponde a ellos, porque hay espacios que solo pueden ser llenados en ciertas etapas. De grande, cuando estoy al borde de los 22, quien lo diría, simplemente se quedan como espacios llenos de telarañas.
De puro pensarlo se me contrae el estómago y el pecho. Ésa es la tristeza que no tiene nombre. Las lágrimas que no tienen dónde llegar y los suspiros de pena que no tienen donde ser escuchados.
Esta vez no lloro por alguien, aunque es verdad que una situación detona las cosas, se me amarga el pecho mas bien por que lamento la existencia de esos espacios vacíos. Supongo que me acostumbraré, pero por ahora los lamento.

martes, marzo 29, 2005

Ilícitos

Cuando estaba publicando el post original de este día 29 de marzo algo falló y no pude publicarlo. Perdí lo que había escrito. Algo así como la pena que sentía, y que se reflejó en los ojos de una mujer que pasó frente a mí a la salida de la estación Universidad Católica, del Metro. Sus ojos, decía yo, estaban como apunto de recibir las lágrimas de mi pena, que no era la misma de ella, aunque ambos buscábamos en el piso gris alguna respuesta.
Yo buscaba respuesta por lo que había ocurrido una hora antes, cuando tuve que declararle a alguien que tenía una malformación en el corazón (asi eufemísticamente lo digo, sólo ahora) y escuchar la impresión y sentir esa sensación de ser bicho raro. Sin embargo, también decía, esta vez no tuve que retroceder todo el tiempo y pareció que todo lo bueno que se había venido encima... todo lo bueno que había vivido con alguien, no tenía que venirse abajo (como yo creía)
Después de dormir, penssé en el "nosotros" y esa extraña fatalidad que parece perseguir los momentos en que le declaras a alguien que tienes esa "malformación en el corazón". Porque todo parece ir perfecto, disfrutas los momentos y la pasas muy bien y te sientes muy acogido. No me ha pasado esto muchas veces, pero esta vez sentí en el otro esa capacidad de contención que algunos, como yo, necesitamos. Algo así como, necesito que me abriguen, y lo hacen.
Y la fatalidad está en que sabes que mientras haya algo de ti que ocultes, especialmente con un hombre, todas esas cosas que sientes son, en cierta forma, ilícitas. En qué forma... en esos momentos en que disfrutas de la compañía, y aprendes cosas, y te sientes querido. Allí sabes que de alguna forma cometes un ilícito, porque no sabes si el otro te querría de la misma forma en que tu estas queriendo... incluso si lo que tu sientes no es de amor y es de una adorable amistad.
Es terrible entonces saber que llegará un momento en que esa ilicitud deberá ser develada. Que no puedes estar sintiendo todo lo que sientes, la amistad y la alegría que sientes, sin hacerle saber al otro desde dónde estás sintiendo.
Y cuando tienes que decir "oye, yo estoy sintiendo desde acá", sabes que todo lo que pasó es puesto en dudas, por lo menos por ti mismo si tienes cabeza o te pasa el rollo, pero también por el otro. O tal vez lo crees, lo que sería mejor; sin embargo no me parece nada descabellado que varios esperemos ese momento en que el otro diga "ah, ahora entiendo porque eras así". En el peor de los casos un hombre pensarás que lo estabas seduciendo, y una mujer pensará que la estabas usando de pantalla, aunque para algunos no haya pasado jamas eso por la cabeza. No todos estamos preocupados de mentir.
Bien, mi tristeza era porque tuve que decir que yo era gay, digamos... ante la insistencia, la circunstancias, la realidad... y yo quería hacerlo, pero quizás no ahora. Finalmente, lo bueno fue que se rompió la fatalidad, ese miedo que "todo gay lleva dentro", y que se repite cuando tienes que decírselo a tu familia, a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos, o a tus compañeros de trabajo. Claro, no siempre tienes que decirlo, porque el amor es parte de la vida privada, pero vamos!... basta que pregunten si pololeas o si tienes pareja para que se desate todo el conflicto... ¿Qué respondo?
Yo respondí con la verdad y creo que no me equivoque, la mayoría de la gente de mi edad entiende. Y la tristeza era por que por un momento me sentí un bicho raro, revelándose de un caparazón que no me puse yo, pero que estaba ahí. Ahora ya estoy feliz de encontrarme gente como con la que me he encontrado. Besos a todos ellos.
(Por lo demás, nadie dijo que sería fácil)

Canción de hoy: Feelin' the same way, Norah Jones

lunes, marzo 28, 2005

Resurrección

Nosotros, que nos queremos tanto. Busco la forma de ser nosotros y no ser uno.
Que curioso, por otro lado, que en semana santa se haya decidido que una mujer debía dejar de ser alimentada artificialmente y que el Papa aparezca en una ventana sin poder pronunciar palabra de bendición debido a su enfermedad. Parece que los hombres tenemos problemas generalizados con la vida y que la medicina no puede solucionar esos problemas que tenemos de antes. Me desorienta ese Papa que parece negarse a cambiar de lugar. Me conmueve, pero sé que no se trata de enviarle energías. ¿Cómo hay que aferrarse a la vida?
Bien, quiénes somos "nosotros". Quién eres tú cuando estas conmigo y quién soy yo cuando estoy contigo... ¿Cuándo somos nosotros y no soy yo (solo) contigo? Cuando dices "vamos?", o dices que algo es "nuestro"... ¿estás pensando lo mismo que yo? ¿Puedes oirme?
Ahi tienen ustedes a Terry, conectada a un alimentador. Su marido dice que ella dijo en un momento de su matrimonio: no quiero estar conectada a muchas cosas, prefiero morirme. Y él, por esto, pidió que la desconcetaran cuando por su estado vegetal no había nada mas que hacer. Él entonces sabe que "nosotros" son ellos dos y como ella no puede hablar, él puede hablar por ella. En esa esencia, descubrir quién puede hablar por ti parece dificil, pero no creo.
Llegar a ese "nosotros" me produce vértigo. Sentirlo en la voz de alguien y verme involucrado, es como la declaración de una posesión compartida que me recorre desde los oídos hasta el estómago, y me pone feliz. Poseer la misma dirección, el mismo tiempo y tener la intención de compartir el ritmo. Yo te espero y tú me esperas.
Eso es algo que se me escapa un poco del conocimiento, por suerte algunos buenos amigos se han encargado de mostrármelo. Hagamos algo juntos el próximo fin de semana. Nos vamos a subir a un cerro y a mirar la ciudad medio llena, medio nublada. Vamos a comer algo juntos y a escuchar la misma música. Te espero hasta que te desocupes.
Entonces Jesús resucitó y nos conminó a estar unidos para siempre, porque en el fondo tenemos el mismo destino, y si creemos resucitamos, y si creemos, vamos juntos hacia el mismo lugar.

Canción de hoy Volcano, Damien Rice

jueves, marzo 24, 2005

Lecturas de blog

¿Sabian que este blog fue leído por alguien que no tenía que leerlo sino mucho tiempo después? ¿Sabían que mis palabras parecían condenarme a una especia de muerte, o sentencia de paralización? Eso es un poco como esta mujer que denunció que fue despedida porque su jefe leyó su blog, en que no hablaba bien ni de la empresa... ni del jefe.
Pero la cosa es simple, la libertad de expresión no me la puede quitar nadie, sigo escribiendo y esa escritura me protege.
Que felicidad, porque estoy conociendo gente muy linda. Estoy un poco conmovido por eso. Gracias a Dios que me he sorprendido y que las cosas no toman el camino que uno espera, que siempre pueden ser mejor. Como C dice, las etapas, el tiempo.
Con todo, llega un momento en que ya hace falta dejar de lado las abstracciones, eso es algo que hablaba con mi sicólogo. Yo propongo que sólo pensemos en abstracciones en la noche. Algunos no necesitamos marihuana para pensar más de la cuenta, ni tanto alcohol para sentir la música más fuerte retumbando como un contrapunto al corazón y, al contrario, la abstracción nos amenaza a cada rato. Por eso digo que mejor en la noche.
Decía entonces que estoy feliz porque pasadas las etapas, y asumida la abstracción a sus límites agradables... :) puedo conocer a alguien y no perder la cabeza... esa sensación de ansiedad que me ataca a veces y que el profesor de un curso definió como la expectativa por las múltiples posibilidades. Cuando disminuyen las posibilidades disminuye la ansiedad. Yo no pretendo disminuir las posibilidades, asi que también tendré que vivir con la ansiedad. Pero como a la realidad no podemos ponerle fast foward... hay que relajarse.
Una última reflexión sobre la amabilidad, los gestos, las pequeñas palabras, el pequeño apretón en el hombro, el cariño, la sinceridad... que pensé se habían quedado de lado ante "un mundo competitivo", han aparecido de nuevo, y tienen nombre y un lugar extraño para mí. Gracias de nuevo por no negarse a estar en lugares extraños, como acá.

miércoles, marzo 23, 2005

Voluntades totalitarias

Después de estar a punto de convencerme, pude contra los valores posmodernos por los que la nanidad quería tragarme. En otras circunstancias haría alguna declaración grandilocuente, pero en momentos de paz valen más las reflexiones.
No podía yo asumir que las relaciones entre yo y los otros estuviesen ligadas al nihilismo a la inexistencia de lazos valóricos. O sea, uhmmmm, no se puede amar a nadie gratuitamente y porqué debería entonces olvidarse a la gente gratuitamente.
Mi tesis es que eso que algunos llaman posmodernismo, es una voluntad de ideología totalitaria. Nacido como una caracterización de una época, el nihilismo fue un término cierto, pero luego es enarbolado como un derecho. :S
Pero no hay derecho, no hay derecho a salir con miedo a la calle. La libertad no es nanidad.
Quizás con la ternura se puede valorar la capacidad de conmiverse. Allí un poco la amenaza de la nanidad que no quiere conmiverse porque conmoverse es un poco quedar vulnerable. La ternura pesa para que quede escrita en tu cara que la realidad que te rodea no te es indiferente.
Creo firmemente que la realidad no puede sernos indiferente; sin embargo, tengo que admitir que no puede combatirse a fuerza.

miércoles, marzo 02, 2005

La Costa

Parece que al final del verano toda la gente está más contenta, o por lo menos la mayoría de los problemas encontraron cierta forma de canalizarse. Y como es el fin de algo mis palabras se tiñen de cierta melancolía que detesto pero que en el fondo acogo como una forma de hacer de todo esto un pequeño momento trascendental. Los momentos así, me gustan, los últimos días me gustan, me gusta mirar por la ventana anhelando que pase alguien; sin embargo, deseo encontrar una forma de que los momentos sean trascendentales sin tener que añadirle tanta melancolía a mis sentimientos.
Tengo ganas de irme a caminar a la costa y mirar el mar, porque de pronto este verano se transformó en un cúmulo de viajes y sorpresas que no llevaron a ninguna parte, o yo pienso que no llegaron a ninguna parte, o yo pienso que hubo tiempo perdido. O yo no supe ver qué cosas, que lugares y qué personas estaba atravesando. Prometo entonces que tendré que hacer esos viajes de nuevo. A veces la rapidez con que quiero avanzar nubla mis ojos como en las fotografías, y tratando de ver lo que creo termino imaginandome las cosas. Otras veces quisiera tener la razón. Pero creo que esta vez me rindo, no tengo la razón.
Necesito un borde de mar gigantesco, para poner en fila los malos recuerdos y echarlos al mar, para no transformar tanto todo en un último momento y darle espacio a las cosas que arribarán. Si tan solo fuese más fácil darse cuenta de lo que realmente vale, y evitar lo malo y evitar hacerle daño a la gente y evitar que el dolor, la tristeza o el desengaño se adueñen de las palabras.
Como resultado, de nuevo tengo un poco de miedo, o más bien una sensación de tener que empezar de nuevo de "parece que no aprendiste nada", de "de nuevo quisiste perder a alguien", de "las cosas siempre pueden ser más dificiles de lo que parecían".
Claro que todo lo que escribo esta teñido de cierta melancolía. De todas formas no tengo la razón. Quizás un poco ese afán de tener siempre la razón juega muy encontra. Eso que es un poco una forma de defensa, es también la forma más grande de mostrar la debilidad. Me temo que todo fue como un sueño, que los días de verano y los viajes y las gentes perdieron realidad el mismo día en que quería tener la razon sobre la realidad.
Espero tener razón en esto: no hay que darle valor a la vida. Como dice la canción: lo nuestro es esperar e inevitablemente cada momento que vivimos queda superado por el día siguiente. En el motivo de cada día, en cada crisis, en cada amanecer no se juega nada más que ese mismo presente. Quizás asi deje de vivir tanto del pasado aunque para mi siga siendo un problema que las cosas pasen tan rapidamente. Pero con el mucho antes y el mucho después.. se me perdió el presente... Dónde perdí el presente?