miércoles, mayo 30, 2007

Un baile más!!



Nada que decir, solo quiero bailar como ellos XD

Another beautiful way

Traté de buscar alguna versión "multimedial" de esta canción, pero no la encontré. Así que pongo la letra. El tema de la muerte ha sido recurrente estos últimos días. Sí, sí, han sido días dark. Aunque la muerte sea blanca y tenga más de cambio y otra vida que de oscuridad.

Dance For Me - Jiggsaw

I believe that there is nothing better than this night with you and there is no where I would rather be.

So Dance for me!
My sweet, this is the last time you will breathe. For me!
This is the last time you will sing, "Oh, what a beautiful day to die! Oh, what a beautiful place to lie."

This human form, where you were born. I'm gonna Dance!
(you wont let me die without a smile on my face, without a pair of hands to lay my head. you wont let me rise in the morning without you and there is no place I'd rather be.)


Puede ser escuchada acá
http://www.myspace.com/jiggsaw

lunes, mayo 28, 2007

Las nubes mías

Las dos marionetas mirando el cielo tirados en el contenedor de basura.
- iiii, ¿que son esas?
- Son las nubes.
- ¿Y qué son las nubes? ¡Qué bellas son! ¡Qué bellas son!

("Che cosa sono le nuvole?", corto de Pasolini)


Una marioneta.

El mar se roba las plumas de las gaviotas.

Un orgasmo amargo le pellizcó los genitales y entonces se acordó que aún amaba. Y que el amor no estaba ahí.

Cuando lo miraba no podía entender sus lágrimas.

El mar no puede volar, pero en la noche se hace nubes, las mismas que algunas veces bajan a mi ventana.

Él se vuelve a drogar.

Ella vuelve a fumar.

Él recuerda. Él también recuerda.

Él aprieta tanto sus ojos cuando llora. Él se relaja.

Los dos hombres se toman de la mano, tirados en el suelo de un departamento.

- Qué bellas son las nubes.
- Sí... ¿Sólo son nubes, lo sabes?
- Sí.
- ¿Y no te importa?
- No.
- ¿Estás seguro?
- Sí. Las vidas no tienen más significado que las nubes.

sábado, mayo 26, 2007

Tarde de amor

[Hoy un 26 de mayo de 2007, a las 1.34 minutos, leí con lágrimas este poema. Un veintiseis de mayo este poema tiene sólo un destinatario. No juzgo las lágrimas. No se justifican los sentimientos. Hay momentos y lugares donde el orgullo y el ego no hacen más que detener el instinto]

I
¿Tendremos tiempo todavía
para un amor eterno?
Cuando las gotas de lluvia
tiemblan, en las ramas desnudas,
como lagrimas frías en las pestañas de invierno.

¿Tendremos tiempo todavía
para tener recuerdos?
Para que nuestros besos tengan sombras,
para que un día, al fin, nos olvidemos.

¿O somos ya un recuerdo y un esfuerzo
trabajando el pasado,
buscando nuevos seres,
en lo que queda apenas de nosotros?

¿Tendremos tiempo todavía
para el bello dolor, para las lágrimas
doradas como uvas, para la dulce
tortura azul y el suspendido aliento?

¿Tendremos tiempo todavía
para el pecado y el arrepentimiento,
para saciar la sed, y para volver
por esa misma sed, y estar sedientos?

¿Tendremos tiempo aún
para este amor sin Sol?
¿Tendremos vida?

II

Tengo en el hueco de mis manos
tu rostro de agua,
y a través de él te veo y te amo.

No es a tu rostro,
es a ti a quien yo amo.
Tu rostro es solo un cuadro,
sólo se te parece,
sólo busco tu rostro para reconocerte.

Pero tú estás al fondo de tus ojos y al fondo
de ti mismo,
y solo por instantes apareces.

Y eso es lo que yo amo,
cuando me encuentro solo,
y contemplo en mis manos
el agua de tu rostro.

III

Yo no lo sé,
pero tu te asomaste junto a mi corazón
y el pozo seco te reflejó.
Traías tu mismo el fondo del agua,
con algunas estrellas y un poco de luz blanca.

Tú plantabas las flores junto a mi negro muro,
y traías la fuerza que les daba mi musgo.
Tú querías palabras que tu oído entonaran,
y me dabas la voz para que las cantara.

Amoroso donante, cómo no amar tu amor,
si tu amor alcanzaba para nosotros dos.

IV

La juventud que tú me ves
no es mía.
Me viene de tus ojos.

Si yo creyera ser la luz, sería
como si la montaña se creyera
ser ella el alba que por ella arriba.

Tu doras los contornos de mi apagado corazón,
tu mismo
eres el que, encendido,
avanzas desde el fondo de mi vida
hasta la tempestad del goce, hasta la orilla,
con tu anhelante fiebre de ola vida.

Yo soy el bosque recogido, tu eres
el perfume y el viento y el temblor.
Eres tú lo que escuchas.
Es tu navegación por mis venas calladas.
Es tu latido
llamando al centro de mi corazón.

Yo soy una cansada montaña que en la sombra
quiere vivir dormida.
Y tu me ves brillar y abrir mis flores,
porque tú eres el día.

V

Todo era tuyo ya,
tu sangre era florida.
En melodiosa ofrenda
tu corazón se abría.

Tus raíces subían de cálidas honduras.
Un aire denso, tibio,
mecía tu estatura.

Yo no te traje nada,
sino la ayuda para consumirte.
No fui sino el viajero
que llegó a un sitio solo en primavera,
un sitio abandonado, pero leno de mieles y fervores
de contenida tierra.

Yo no te traje nada,
sino mi antigua, mi profunda huella.
Tu estabas solo, pero ya estabas vivo.
Yo estaba muerto ya, ya mi memoria
era mayor que mi esperanza,
ya iba
sin contemplar los venideros días.

Pero fui el que llegó,
por eso todas tus anhelantes mieles fueron mías.
Y te ayude conmigo a devorarte
en ese fuego que te consumía.

VI

No siento ya que vivo en ti, no siento
que consumes mi imagen,
y me dejas sin mí.

Cuando tú me pensabas me moría.
Era un desdoblamiento, yo sentía
que me llevabas y me absorbías.

Yo estaba ausente,
no vivía.
Yo crecía en el centro de tu alma,
en otra vida,
en una clara atmósfera.

Como una gota me escuchaba
en tu callada sombra.

Yo estaba en mi desvelo en tu silencio.
en una azul campana.
Yo estaba suspendido, rodeándote dormido
en el vano sutil de tu cálido aliento.

Cuando no me sentía, yo sabía,
que eras tú quien por mí
me pensabas la vida.

Pero ahora me siento.
Llega de nuevo mi caudal perdido.
En la sombra cauda
de nuevo vengo, hasta volverme vivo.
Siento que no me piensas, que me tengo,
que retorno a mi vida.
Cierro en mis manos una flor oscura.
¡Toda mi soledad es de nuevo mía!

(Julio Barrenechea)

viernes, mayo 25, 2007

Half-boyfriend



Él es tan gay, pero esta canción es tan desgraciadamente, también, gay que no podía dejar de sentirla. Ok ok, yo tambien

Pretextos sobre la muerte y el amor

Se murió. Porque la muerte tocaba su puerta demasiadio seguido, y se cansó de decirle "espera, que aún me quedan cosas por hacer. Ella aún me ama y quiere estar conmigo". Se murió porque nada es para siempre y porque la lluvia que azotaba afuera de su casa no podía no mojarlo en algún momento. La muerte le dijo: "no vivas de ilusiones. Si ella ya no está ahí contigo. Hace tiempo que se fue. ¿Por qué insistes en quedarte en esa casa donde ya no queda gente?". Y él en cambio seguía creyendo en la resurrección, en los vivos que hacen llamados desde el más allá. "Ven conmigo, que de este lado las cosas se ven mucho mejor. No le hagas caso a los vivos. Acá ya no sentirás nada por ella, y tampoco tendrás que comer, beber o amar", decía la muerte mientras golpeaba con el mismo ritmo de siempre la puerta de esa casa, a esa hora, como lo ha hecho los últimos 7 días.
"Tu no sabes lo que es morirse. Nunca lo has hecho. Yo no quiero dejar mi casa porque ella se morirá conmigo", decía él abrigándose para pasar el frío del invierno que recién anunciaba el congelamiento de sus meses. "Yo soy muerte constante", le decía la muerte tratando de convencerlo de tomar "la mejor decisión". Pasó un poco de tiempo y el hombre salió. La muerte, blanca como la nieve, no dijo nada y se lo llevó. Adentro las paredes estaban manchadas de sangre, sudor y lágrimas.

jueves, mayo 24, 2007

Deep breath

Una respiración lenta, un paso calmado, un corazón tranquilo. Él puede haberlo perdido hace quince años pero sigue escribiendole palabras de amor. Ellos se amaban. Él respiraba, él besaba. Todo es vanidad dice la mujer a mi lado. No importa: todos son muertos. Solo son tumbas. Solo es un cementerio. Solo somos vivos. Solo eso. Nada es mármol; solo son piedras. Mil piedras y huesos.
Respira profundo, respira de mi corazón. Tengo limpia mi cabeza con agua y aceite. Tengo abrazos muy limpios. Ahora ya no quiero nada más que una respiración de tierra. Sólo el instinto. Ahora sólo el instinto.
Tengo miedo. No estoy seguro.
No tengas miedo. No tengas miedo.
Give me your hand, and just breathe.
I just love you so bad.

Por todas las cimas hay paz,
en todas las copas oirás apenas un aliento.
Los pájaros en los bosques son silenciosos.
Solo espera, pronto tú también descansarás.

lunes, mayo 21, 2007

Santiago dormitorio

Hace cinco años el Seba había caminado llorando sin vergüenza por cuatro cuadras de Santa Isabel, seguido, o más bien perseguido, por su ex novio drogadicto. Tomó un taxi, cruzó un par de comunas de la capital y terminó durmiendo en los brazos de Ignacio. Entre las sábanas y la neblina de su ropa buscaba alguna emoción más fuerte que la pena que sentía. "No hablo de mi pasado", le gustaba decir cada vez más seguido y con más razones —que bien valdrá develar a su debido tiempo—, pero aunque no hablara este pasado siempre le atromentaba un poco. Pensaba que debió haber dormido con Ignacio muchas más veces. ¿Pero es que acaso no sabía ya qué era eso? De tener una vida feliz con él, probablemente hubiese sido tan buena que hubiese pasado demasiado rápido, demasiado rápido para recordarlo con detalles y luego para sonreir. Quizás no se hubiese acabado nunca, algo posible aún después de que Ignacio le confesara que siempre estuvo enamorado de Èl. "No lo vi, no lo vi", le dijo Sebastián. Por esa cegera es que en realidad nunca, nunca, se besaron.
Hoy, cuando Javier miró a Sebastian quedó claro que entre ellos dos había algo mas que una simple historia. El valor de las palabras es efímero e irrelevante para explicar lo que pasó cuando estos dos jóvenes se miraron. Sebastián no esperaba encontrar a Javier allí, pero era más que eso. Habían dejado de verse exactamente hace cinco años, cuando Javier le dijo a Sebastián lo que nadie habría querido oír. Alguien más estaba besando a su novio con el que había terminado solo unos días atrás. Por eso esa noche, después de ver por última vez a Javier —hasta hoy—, el abrazo de Ignacio fue en realidad el mejor abrazo que le hayan dado jamás. Ignacio tenía sus pies descalzos y vestido de blanco, como un santo de boxers y sudadera, se sentó en un sillón, blanco como él, y abrazó al Seba, vestido con jeans de cuatro días, zapatillas gastadas y boxers rojos. Es cierto: estaba y se sentía contaminado.
La verdad es que Sebastián ya había elegido otra vida. Quizás ni siquiera esta, pero sobre esta, pensaba...

INCOMPLETO POR AHORA

Dedicación para Leín.

viernes, mayo 11, 2007

Vocacion de viento

Te marchas sin irte, ahí te veo.
No me atrevo a hablarte y tú
no se si no te atrevas.
Porque ahí estás.
Y no nos atrevemos.

Si abrieras solamente la ventana
y pusieras tres puntos suspensivos
comprendería que quieres conversar
palabras y silencios.

Pues tus silencios retumban: caballería celestial a veces
a veces música. Roce de ángeles.
A veces silbido de serpiente.

Pues mis palabras: palabras son con vocación de viento.



(Alguien me regaló esto en el momento adecuado)