Te respondo la pregunta por si se puede estar allá pensando en volver: podría decirte que siempre tenemos el derecho, pero con eso no basta. Podría decirte que lo más importante es no engañar a nuestros sentimientos, pero no satisface. Porque la guerra que se declara a veces dentro de tí no tiene nombre. Quién podría negarme, sin embargo, que una sonrisa tuya vale años de felicidad, y que un abrazo bien dado hace de nosotros, de nuevo, paz y temor.
Por eso no podría dejarte.
No puedo ser más explícito, sólo proponer algo que ya había escuchado ¿Cuando dejaste de escuchar lo que te decías cada vez que querías ser feliz? y ¿porque ahora ponerle cabeza a algo que nunca tuvo pies?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario