Yo dentro de mi ropa 60% nylon, caminando por una ciudad de plástico. Yo un chico de plástico caminando por un mundo de plástico.
En mi oído un susurro: "¿puedes sentarte al medio?" Y creí que era dios, pero en realidad era una monja, casi lo mismo. Después, conversaciones sobre santos.
Haber teminado todo lo de la U, ahora es llegar a ese momento en que quieres llegar a casa y tener a alguien que te diga que el esfuerzo valió la pena, simplemente porque esa persona te reconfortará. Claro, a pesar de que no exista eso, el esfuerzo siempre vale la pena. Supongo.
Ahora mismito nopuedo seguir escribiendo este post porque me ha dado mucho sueño. Asi que buscaré tranquilidad en mi cama. Ya se ve... es mejor cuando alguien puede entender.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario