sábado, diciembre 25, 2004

Balance 2004, que la vida se manifieste

Feliz fin de año para todos. Incluso para tí, y para ellos. Como es navidad no voy a pelearme con nadie, ni trataré de recordar cosas malas, salvo los últimos posteos de mala calidad y las miles de cosas que aprendí este año y que enmendaré.
Este blog creció este año, mientras yo me acostumbraba a ser feliz con mas profundidad. Mientras intentaba encontrar en la gente lo que solo encontraría dentro de mí. Lloré frente al computador, a veces, escribiendo sobre amores perdidos... o lo que parecía ser aquello, tratando de explicarme las cosas y de entenderme. Y probablemente por cosas como esa mi memoria quedara viviendo aún en este año.
El año de los 21 fue un gran descubrimiento, un poco por la cantidad de gente que pasó y llenó un poco este corazón-globo-que-necesita-helio-personas-para-elevarse, y otro poco más por la lucidez con que de cada-día-que-vivía pasó por mí. Fue descubrir que somos más grandes de lo que creemos, y que no perder la fe es darle espacio a la vida para que se manifieste. Gracias por eso a cada una de las personillas que clavaron sus lanzas en mi pecho y a aquellos que besaron mi mano buscando caminos que ni siquiera yo tenía claros. Gracias por el tiempo y la comprensión.
Amor: creo en ti y creo que todas las cosas que me pasaron fueron para llegar a este momento. La frase del año es "no confundas los ensayos con el estreno", de un amigo español que se enojó porque no quize mostrarle mi pene por internet. Frase muy cierta, acertadísima. Es muy cierto que "ensayé" muchas veces con varias relaciones. Casi como burro, tuve que equivocarme para aprender. Aunque no creo que ninguna de las relaciones haya sido un error, sino parte de la existencia. De ellas se entiende que ahora siga creyendo que el amor es importante, que no basta con tener buen sexo, o con un buen beso, la vida mía vale más, la vida mía da más... y la vida tuya se merece todo lo mejor.
Empecé el año llorando por C en estas mismas páginas y ahora termino con un reencuentro con C, extraño pero provechoso, y recordando a P, el sexópata, con algo de entrañabilidad y lástima. Al volver a ver a C me di cuenta de que me gusta que me se digan las cosas claramente, y al volver a ver a P me di cuenta de que podemos caminar solos por la calle, pero es mejor caminar acompañado. Es extraño pensar que mi cabeza no está pegada en la posibilidad de volver a verlos. Termino el año feliz de haber pasado por ellos.
Trato de buscar sin embargo razones que me aten al significado de las cosas que pasaron... pero está claro que no es necesario ni pertinente. Ni tampoco me serviría de mucho saber porqué P, porqué C o porque A ocuparon un lugar. Sólo que, ahora que lo pienso, parece que fueron muchos. Demasiados.
La moraleja de esta historia (que se puede revisar en estas páginas) es que no voy a tener una buena pareja hasta que no necesite tener una pareja para vivir... o lo que es lo mismo: Sólo tendré una buena persona a mi lado cuando deje de necesitar de alguien para vivir. Eso, tarde o no, está asimilado y se viene a incluir en la serie de principios de poco riguroso origen que se caen entre estas líneas no-periódicas.
Por eso ahora la paz es una palabra pequeña para explicar este instante en que lo que más me vale es no tener nada que me valga para seguir estando en paz.
Y por ahora parece que mi balance no tiene otro capítulo aparte que el de "amor" porque, si hay algo que no ha cambiado, es que la entrega mía nace irremediablemente de ese lado. Y puedo pecar de siútico, pero es porque soy tan transparente como el agua y no hay mas que decir por hoy.



2 comentarios:

Gaviotica dijo...

Animo!!

Que en este año nuevo, Diosito te colme de bendiciones.

Y esatremos esperando los post que estan por venir.

LuluciTa dijo...

Increíble el mundo gay: parece que en el año has tenido más relaciones afectivas y sexo que muchas amigas mías, que siendo jóvenes, bonitas e inteligentes no llegan a conocer a nadie...
no deja de ser irónico.