Además de que éste sea una especie de diario público de un muchachín de un lugar del mundo, para que sea leído por gente que debe ser poca porque no es el tiempo de publicar esto, no debe tener más sentido que el que le tengo ahora: poder descargarme, poder escribir las cosas que no puedo dejar de sentir y que me tienen triste, creyendo que le importan o entretienen a alguien más que a mi.
Como sea, hoy tengo rabia porque ya noto que no habría interés del niño del curso de italiano que me gusta. Los hechos: lo he invitado y no fue, nos saludamos, pero no parece buscar momentos para conocernos más, aunque se ve timido... y yo parezco demasiado apresurado ¿cierto? Recién me lo han dicho. Y aunque un amigo me ha dicho que eso a los gays nos pasa miles de veces prefiero pensar que es cuestión de tiempo y aunque sea quedarme mucho tiempo esperando hasta que desaparezca.
Alguien debería tener en cuenta estos sentimientos, alguien debería notar la complejidad de este nudo que se hace en el pecho.
Y si no pasa nada... los últimos días sin duda le pediré que me deje hacerle un retrato. Ya vierais esos ojos inmensos que parece que se van a tragar el mundo. Ya quisiera que esos ojos me miraran.
Si no que me miren en otro tiempo, que me miren en la muerte, que si caigo en su abismo no me canso.
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