Hace frío, pero no quiero hablar del frío.
Mañana canto y hoy no tuve la fuerza para saludar al niño que me gusta y que conocí hace poco. Lo invité a escucharme en el cafe concert de la Universidad, pero quien sabe si va (eso ya sería mágnifico y una buena señal). Y pienso que lo más probable es que no vaya, pero un amigo me ha dicho que no tengo que pensar cosas que no han pasado, que no tengo que pensar en cosas más de mañana porque no han pasado, entonces, solo hay que esperar que las cosas pasen.
Por eso puedo hablar de las cosas que pasaron, como que hoy me sentpe delante de él y no podía voltear la cabeza para mirarlo, por suerte los segundos que lo vi pude encontrarme con sus ojos increíbles. Es como si tuviera una cierta luz adentro, como si me dejara entrar cada vez que lo veo.
Parte de mis sueños tienen que ver con sus ojos, con mirarlo fijamente y besarlo hasta descubrir qué es lo que quieren decir sus ojos.
Me he dado cuenta que los jueves son así, siempre necesito llegar a casa y buscar alguien que me de amor y comprensión. Lo curioso es que hoy me han dicho que yo le soluciono problemas a la gente, el lado triste, que ya he comentado es que "consejos vendo y para mi no tengo". Igual es un decir porque tampoco soluciono más problemas de lo que cada uno pueda solucionar.
Por lo menos, Dios, o a quien corresponda, dáme la certeza de que cuando muera estas cosas del amor van a tener sentido. Que mis ansias por verle valen pasar por cualquier desierto.
Ojalá vaya a verme.
Ojalá yo cante bien.
Ojalá no haga frío.
¿Que se siente cuando pasa algo asi y quien esperas aparece?
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