A veces hay que enterrarse un poco en la arena, para volver a ser arena. O por lo menos mojarse los pies, o escuchar las canciones que nos gustaban antes, como estoy haciendo ahora. Algo que nos sirva para tomar el ritmo de la vida y ver esas cosas que siguen pasando mientras nosotros nos vamos metiendo en otros mundos.
A mí esas cosas me dan felicidad. Ver las fotografías, cómo he crecido y cómo en realidad era un niño bien lindo cuando yo me miraba, a mis pocos años y pensaba que era un niño feo.
Nunca me gusté como niño. Siempre pensé que sería más bello, en todo sentido, siendo un viejo.
Dios, qué estoy diciendo.
Entonces ahora no esperaré a ser viejo, sere bello desde ahora mismo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario