domingo, abril 03, 2005

Qué vamos a hacer sin Papa

Al Papa, la gente como yo, que gustaba de los hombres siendo un hombre, no le gustaba. Yo creo que no ha de haber entendido que no me hicieron así para meter una cuña en la estabilidad del mundo, simplemente lo soy porque ese mismo Dios permitió la libertad. Y seguramente tenía todo esto contemplado... y quizás cuanto más que no podríamos contemplar nosotros.
Por esa divergencia esencial, me han dicho que cómo, que porqué me parece este un momento de tanto respeto. Claro, digo yo, es que el viejito conservador igual me caía bien. Y porque creo que antes que las cosas malas hay que ver las buenas, y porque si se trata de perdonar infinitamente, si se trata de querer omnicomprensivamente, si se trata de que el mundo sea mejor ¿quién soy yo para no querer igual a ese viejito conservador que aparentemente no me quería, pero que valía tanto obligándonos a mirarnos cada día?
Claro, ferviente católico no soy, no puedo. Tampoco voy a misa, tampoco comulgo cada año, tampoco rezo con mucha fe, ese don que justifica un poco la esperanza en la resurrección y en la vida eterna... sin embargo, creo que cuando Juan Pablo II nos conminó a mirarlo a Él, nos obligaba a algo tan básico como mirarnos a nosotros mismos. Mirarnos. Y esa reflexión, y un hombre lleno de esa clase de reflexiones merece todo mi respeto. Por eso, compartiré el duelo, porque qué vamos a hacer sin Papa, sin una conciencia humana que nos oblige a mirarnos, a cuestionar cada día quienes somos y cómo nos despertamos a la libertad. Porque, claro, bien dicen que hay varias formas de rezar.
Aleluya. Porque la libertad de un hombre puede hacer que la libertad de los otros hombres sea mejor.
No voy a negar que esto podría ser una apología del Papa y a la vez una conversión mía. Pero es más profundo y simple: mis profundos y mas sinceros respetos al difunto Papa. Yo soy un simple hombre gay que aprendí que el amor (en su extensión) es mas fuerte y, desde ahí, mi más profundo amor y paz para él. Porque por ahí va la vida verdadera, cuando nuestras prioridad es el que sufre antes que el dinero (Como cuando JPII dijo en Chile que los pobres no pueden esperar)
Creo que no hay que explicar mucho más, porque creo firmemente que me hace mucho más grande querer incluso al hombre que no me quería así tal cual. Al final es eso lo que él mismo enseñaba y por eso creo que, en último caso, no soy yo quien tiene que ajustar cuentas, Dios se encargará. Pero mientras, de esos pequeños gestos, imitando los de este gran hombre, podemos hacer que nuestra vida y nuestro mundo sea mejor.
"E' l'amore che dona la pace" (Es el amor el que nos da la paz) dijo JPII en su último texto.... Qué podríamos hacer sin amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en tu perfil dice:
"The love potion you made tastes terrible. How will you drink it?" tu respondes: Yes.
la pregunta quiere decir:
La poción del amor que hiciste sabe terrible ¿cómo te la tomarás?
tu respondes: Sí.
¿es eso lo que querías decir?