Estoy en earthdance y no estoy seguro de estarme divirtiendo. Yo tengo ciertos problemas con la diversion, es cierto; pero no me culpen. Creo que esta vez es un poquito diferente. No es que no quiera divertime, sino que la cantidad de cosas que deberia estar haciendo en Santiago o
en Valparaíso no me dejan relajarme ni un poquito... Quizas un poco, pero no lo suficiente.
Aparte. Earthdance no es un hito menor en mi vida. Justo días después de estar acá mi familia se enteró de toda mi onda. No me interesa latear de nuevo con eso, solo deseo hacer mención a la innecesaria necesidad de recordar hitos, o más bien, de pretender que los hitos nos devuelvan las emociones, la felicidad que sentimos, o la rabia que nos autoinfringimos.
La idea, que la verdad me cuesta explicar un poco, es que recordar circunstancias, aunque quizás fueran muy especiales, a modo de aniversario o cumpleaños por ejemplo, no nos garantiza que vuelvan a serlo.
Ya tienen ustedes el caso de este Earthdance. Para quienes la desconocen, una fiesta de un par de días principalmente de música electrónica, aunque me parece que este año hubo un poco
de diversificación. Para el caso da lo mismo.
El año pasado, la primera vez que iba, la recuerdo como una experiencia inmejorable, a pesar de que se me cayó la comida sobre los sacos y nuestra carpa dejaba bastante que desear; en cambio, este año el alcohol se encargó de enajenarme. Suma: 4 tequilas (golpeados al parecer) el viernes en la noche, solo un "plato" de fideos el sábado y dos vasos asquerosamente calientes de ron con cocacola el domingo. Resultado:
El viernes solo yo tenía entrada, a 20.000 pesos, y mis dos acompañantes tenían la genial y atrevida idea de colarse, armá¡ndose ellos mismos la pulsera que garantiza que pagaron la entrada. En pocas palabras, me ahuevoné y con mi entrada, con mi pulsera cortada en tres, entramos todos, sin que este tipo y esta tipa, que ya habían llegado en mi auto, pagaran ni un peso. En consecuencia, la mitad de la estadía fue para asegurar que las pulseras pasaban los controles respectivos.
Ya no la estaba pasando nada de bien. Y lo presupuesté cuando entré antes, para comprobar la efectividad de la pulsera, y una vez dentro llamó a mi amigo para que entraran a bailar conmigo... y no entraron sino hasta más tarde, de ahí yo me quede dormido en un montón de cojines y tiras de un género un poco más duro que el polar.
PD: resumen, me ahuvone como nuca en vmi vad y bote dinero que ni tengo. Maldigo el día.
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