jueves, abril 22, 2004

La sal

Ahora problemas personales. Los padres. Me cabeceo eternamente preguntándome cuánto de lo que me pasa es normal y cuánto exceso. Vivo entre Santiago y Valparaíso y soy intrínsecamente un des-adaptado, me cuesta mantener una conversación, vivo enrollándome por las cosas, pongo más cabeza en lo que podría ser que en lo que haré y bla, bla, bla. Entonces le hecho la culpa a mi doble militancia en ciudad. Es muy difícil mantener amistades cuando vas de un lado para otro, cuando tu semana se divide entre dos lugares que no tienen mucho que ver con el otro.
Recuerdo ahora una frase que le dijeron a la periodista Raquel Correa. Se la dijo una profesora de ella que viajaba mucho. Raquel le dijo algo así como cuánto admiraba que ella viajara tanto, que fuese de un lugar a otro, que se bajara de un avión para subirse a otro: su libertad, su mundo extenso. Entonces la profesora le respondió algo así como que esa libertad implica mucha soledad. Ya sé que la libertad no necesariamente implica soledad. Pero se entiende: si elijo un mundo extenso y sin ataduras tendré más soledad que nada.
Y esa anécdota a de ser cierta. Y a pesar de la escala en que mis viajes se mueven, y de su periodicidad, me viene al dedillo. Especialmente porque mis viajes siguen una constante malditamente condenatoria: mis tiempos libres los paso en Valparaíso (sábados, domingos, festivos y vacaciones) y mis tiempos de trabajo en Santiago (Lunes a Viernes) entonces la lógica de me-encontraré-a-conversar-con-mis-amigos-del-trabajo-diario es imposible porque no estoy allí. De ahí que mis tiempos libres en Valparaíso sean realmente una pérdida de tiempo.
Por supuesto que acá están mis padres que, no es menor, he visto por toda mi vida, y que los amo y que me encanta verlos, pero con ellos no saldría a carretear ni por más que mis-padres-son-mis-amigos no tienen 21 años ni los conozco de la U.
Por supuesto que estoy pensando con un poco de sangre en la herida, pero qué le voy a hacer si tengo ganas de estar conversando de cualquier cosa con alguien que tengo 21 o algo así y no tengo con quién, y no se cómo y no quiero que se me pase la vida.
Supongo que algún día estaré muerto.

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