La lluvia y tu
pedían que lloviera detrás de ti.
Hoy a muerto un niño y, nada más que como la muerte, se fue sin alcanzar a pensarlo. En la mañana lo saludaron y en la tarde todos estaban en su velorio. La madre, la hermana y el padre separado. Todo su curso y mi hermano triste. ¿Qué puedes decirle a alguien cuando pasa esto?
¿Por qué un fin máximo tiene sangre de tumba?
¿En que rueda avanza, ahora, la hora tuya
que se acababa en rueda veloz de micro?
¿Con cuantos golpes, ahora, el cuerpo tuyo
se hace distancia del cuerpo de ellos?
Que gran golpe será para mi hermano decir que ha debido enterrar a uno de sus amigos y que a punto de salir de cuarto medio uno de los que debería haberlo hecho no salió con ellos. Tener ese recuerdo que no envejece, la cara del muerto clavada en los ojos la tierrra debajo de ellos haciendo distancia.
Y la madre, y los hermanos, la pieza vacía, los lentes sin ojos, las preguntas sin respuestas. Todo se va enterrado y florece para la tumba. Que florezcan los cuadernos incompletos, los amigos que quisiste, las cosas que me enseñaste, que en la tierra se plante semilla de hombre, que algunos serán árboles.
1 comentario:
...todo se puede parece, al menos cuando se quiere lo suficiente...
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